Los recuperadores urbanos: un eslabón invisible en la problemática socio ambiental
Palabras clave:
Recuperadores, Residuos, Promotora ambientalesResumen
En el siguiente trabajo realizado desde la cátedra de Ecología del Instituto Superior Humanístico Técnico Vittorino Chizzolini se investigó el rol fundamental que ocupa CORESA, organización de recuperadores urbanos. La agrupación conformada en el año 2018, actualmente nuclea más de 300 recuperadores de la Capital santiagueña, brindando derechos laborales para sus integrantes. Los recuperadores realizan tareas desde la recolección diferenciada, transporte al centro de acopio y fundamentalmente charlas y campañas de promoción en las escuelas. Cuentan con un equipo de promotoras ambientales que “son piezas claves en todo este proceso, y con ellas se inicia todo el circuito de reciclaje que promociona CORESA" (Cavilla, Chifarelli, Garnica, Guzmán, Lund, Senilliani y Umlandt, 2023, p.51). La agrupación fomenta la separación de residuos en origen para entregarlos en manos cartoneras, circuito denominado ruta verde. La ruta verde, con más 5000 familias adheridas, implementada en distintos barrios de la ciudad capital, consta de visitas a los domicilios particulares y el posterior retiro de los residuos factibles de ser reciclado. “Hoy las promotoras cumplen ese rol clave de acompañar y ordenar ese servicio en terreno, promoverlo y sostenerlo” (Cavilla, Chifarelli, Garnica, Guzmán, Lund, Senilliani y Umlandt, 2023, p.51) Esto muestra el protagonismo adquirido por la mujer cartonera tanto en la recolección, como en educación.
Iniciativas como las de CORESA contribuyen al logro de los O.D.S. propuestos por la ONU en la agenda 2030. “Cada objetivo tiene metas específicas que la Argentina aplicará dependiendo de su realidad económica, social y ambiental” (Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, s.f). La encíclica Laudato Sí sostiene que nuestra casa común es también como una hermana que “clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”. (Francisco 2015, p.3)